Defendiendo a nuestros hijos con uñas y dientes

Por Samanta Karraá de García*

Como padres no somos perfectos, pero daríamos nuestra vida por nuestros hijos. Alguien podría hacerme daño a mí, y fácilmente perdono. ¡Pero si alguien llega a medio rasguñar a mis hijos, requerirá una triple porción del amor del Señor y de Su Espíritu Santo poder calmarme!

Quiero traer a nuestra atención a un enemigo que se ha infiltrado a nuestros hogares. Ese enemigo es nuestra cultura. Como una leona defendería a sus cachorritos en peligro, debemos defender a nuestros hijos de las mentiras de la cultura.

Apologética: la defensa de la fe. Saber bien qué es lo que creo y por qué lo creo. Es una rama de la teología en la que los padres debemos volvernos expertos. Nuestros hijos ahora tienen acceso a más información que nunca antes. Esto incluye objeciones al Cristianismo y la existencia de Dios. Es por eso que nosotros, como padres, debemos salir a defender a nuestros hijos con uñas y dientes.

Dios le ha dado la responsabilidad principal de la educación espiritual de los hijos, a nosotros sus padres; sin embargo, muchas veces le dejamos esa responsabilidad a la iglesia, a los pastores, o al colegio.

“Como una leona defendería a sus cachorritos en peligro, debemos defender a nuestros hijos de la mentira de la cultura.”

Esta es una historia real que sucedió hace aproximadamente 30 años- cuando la globalización y el internet aún no ejercían las presiones adicionales que nuestros hijos enfrentan hoy en día-y sin embargo sucedió así. Ella abandonó su fe. Las presiones de la cultura secular en la que vivía hicieron que ella comenzara a tener preguntas. Iba a un colegio donde los maestros eran seculares, los libros también, y sus amigos también. Conocía a algunos cristianos pero eran muy liberales. Ella comenzó a preguntarse- ¿Por qué ellos creen que tienen la razón y todos los demás no?, y ¿cómo podemos saber si todo esto es verdad? Nadie podía darle una respuesta. Sus padres le decían que había nacido en una familia cristiana y por lo tanto era cristiana. Su pastor no había estudiado apologética así que no sabía qué decirle. Su tío le decía, “No te preocupes, todos tenemos dudas a veces.”

No pretendo haber dado todas las respuestas. Mi objetivo ha sido concientizar y comenzar una conversación en donde iremos proveyendo algunas estrategias. Debemos pedirle al Señor amar a nuestros hijos tanto como para escucharlos y hacer el duro trabajo de encontrar respuestas para sus preguntas.

(Continuará…)

Tarea: ¿Sabe usted qué preguntas tienen sus hijos? Fomente conversaciones para averiguarlo y no se sorprenda ni los regañe. Escúchelos y pidámosle al Señor sabiduría para aprender y responder con esta serie de blogs.

*Samanta es licenciada en Administración de Empresas, Pastora Juvenil, Directora del ministerio Padres que Oran, y sobretodo, mamá de dos jóvenes de 15 y 12 años.